jueves, 7 de junio de 2012

DESIERTO DE LA TATACOA



El desierto de Tatacoa tiene una superficie de 330km2, fue descubierto por los conquistadores españoles en 1538, quienes le dieron su nombre (tomado del nombre de las serpientes cascabel). Al principio fue bautizado por Jiménez de Quesada como valle de las tristezas por la imagen desoladora del paisaje erosionado. Se trata del segundo paraje desértico más grande de Colombia después del desierto de Guajira. Se trata de un desierto de color pardo rojizo, más ocre en Cuzco y gris en Los Hoyos.








El paisaje de Tatacoa se encuentra profundamente erosionado con formaciones geológicas variadas que forman cárcavas de hasta 20m de profundidad, cañones secos de grandes dimensiones y formas arcillosas diversas que generan paisajes laberínticos. Estas características hacen que la vida animal y vegetal sea complicada y por ello sólo sobreviven especies extremas, como cactus y otras especies vegetales que responden a estas condiciones de escasa humedad a través de largas raíces de hasta 30m dispuestas en horizontal. También se encuentran tortugas, algunas especies de roedores, escorpiones y arañas, águilas, lagartos y serpientes, que se esconden en la tierra en pequeñas madrigueras o nidos.








Las características geográficas y atmosféricas singulares de este lugar, hacen que en la actualidad se haya construido allí un observatorio astronómico que permite, gracias a la baja contaminación lumínica y a la posición ecuatorial del entorno, contemplar miles de constelaciones y estrellas. También se conserva la capilla de Santa Bárbara, construcciones supervivientes de una hacienda ganadera fundada por los jesuitas en 1748, y actualmente sede del museo Paleontológico en el que se exponen fósiles recogidos del desierto de hasta 25 millones de años de edad.


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